23 de enero de 2018

Persuasión (1817), de Jane Austen

Persuasión (1817) es, desde mi punto de vista, una de las mejores historias creadas por Jane Austen. Recuerdo que fue la tercera novela que leí de la autora e inmediatamente se convirtió en uno de mis libros preferidos. Se trata de una novela de publicación póstuma, en la cual se puede apreciar el nivel de madurez que alcanza Austen en relación a la construcción psicológica de sus personajes. A diferencia de sus obras precedentes, nos presenta a una heroína perteneciente a la nobleza, es la segunda de las tres hijas de un baronet. Sin embargo, desde el principio queda claro que Anne Elliot, ese es su nombre, contradice muchas de las normas sociales que debiera respetar de acuerdo a su rango: dejar que la apariencia prevalezca por sobre sus verdaderos sentimientos; derrochar el dinero que no tiene y menospreciar a quienes carecen de un título nobiliario. Como podrán apreciar, el banquete está servido para que la ironía austeniana se regodee a costa de la ridiculez de la familia de su protagonista.

19 de enero de 2018

Una chica a la antigua (1870), de Louise May Alcott

El primer libro que reseñaré este año pertenece a una de las referentes de la narrativa juvenil en inglés; creadora de personajes femeninos sensibles, con ideas propias y capaces de los mayores esfuerzos para lograr sus objetivos. No es raro, entonces, imaginar por qué Simone de Beauvoir la señala como su principal inspiración a la hora de tomar la decisión de convertirse en una escritora. Es que las autoras de la talla de Alcott no sólo escriben grandes historias sino que también allanan el camino para las mujeres que vendrán tras ellas. Este es uno de los motivos por los cuales sus escritos continúan siendo significativos hoy.


Una chica a la antigua (1870) se sitúa en el universo creado por Mujercitas (1869), la obra cumbre de Alcott. Al igual que en su predecesora, en esta novela se discute la idea establecida de femeneidad (¿cómo debe ser una señorita? o ¿cómo debe comportarse para ser considerada como tal?) y se busca romper con el paradigma. La protagonista es Polly Milton, una jovencita de catorce años, que abandona la calidez de su hogar rural para realizar una visita a su amiga Fanny Price, quien vive en la ciudad junto a sus padres, su abuela y sus dos hermanos, Tom y Maud. La historia se irá tejiendo a partir del contraste entre las maneras "urbanas" de los jóvenes de la ciudad y las maneras rurales, representadas por la protagonista. 

9 de enero de 2018

Selección de lecturas 2017

¡Feliz 2018 a tod@s! En esta entrada me propongo hacer un balance de mis lecturas y ofrecer una breve reseña de los libros que más me gustaron. Para empezar, diré que el 2017 fue un año en el que me animé a salir de los caminos habituales y, gracias a ello, conocí nuevos escritores y escritoras que, con sus formas de contar, enriquecieron mi manera de entender la literatura. Sin guiarme por un orden de preferencia, sino más bien por la cronología de mis lecturas, a continuación enumero “mis descubrimientos” del año pasado. Muy bien...comencemos:
   
                                                                                             
Para empezar, rescato dos novelas pertenecientes a dos autoras francesas contemporáneas, que leí en formato e-book. La primera es Juntos, nada más (2004) de Anna Gavalda, que narra las peripecias de una serie de personajes que padecen la soledad; un chef malhumorado y su abuela, internada en un geriátrico; un aristócrata en decadencia y una dibujante pobre.  Los derroteros de la vida los harán confluir a todos en un mismo lugar, una antigua casona en ruinas. La convivencia, nada fácil al principio, les permitirá salir del aislamiento, para crear lazos y experimentar sentimientos que creían caducos. La historia tiene a su favor un ritmo narrativo ágil y personajes atractivos que, a pesar de las decepciones pasadas, pueden volver a creer en otros y en sí mismos. 

17 de diciembre de 2017

[Fotogramas] Orgullo y Prejuicio en la pantalla (1995-2008)

Todos los años retomo la lectura de mi querida Austen, para mí continúa siendo un placer reencontrarme con sus personajes que, a esta altura, siento tan familiares. Otro gusto que suelo regalarme tiene que ver con revisitar las versiones cinematográficas y televisivas de su obra. Tengo que advertirles que, cuando de Austen se trata, soy muy exigente. Uno podría pensar que con semejante material las versiones tendrían que ser buenas a la fuerza. Sin embargo, algunas de ellas son un total despropósito, que nos hacen dudar acerca de si sus autores leyeron alguna vez las novelas que pretenden "adaptar". En esta oportunidad, voy a realizar un breve recorrido por las películas y la serie que, a mi entender, mejor capturan el espíritu de Orgullo y Prejuicio (1813) (ver reseña). Los invito, además, a darse una vuelta por Jane Eyre en la pantalla, reseña con la que inauguré esta sección.

La miniserie Pride and Prejudice (BBC, 1995) es la mejor adaptación de la novela hasta el momento. Andrew Davis, su creador, tiene varios puntos a favor: una exquisita adaptación del texto original, la espectacularidad de las locaciones elegidas y un extraordinario reparto. En el transcurso de los seis capítulos, Colin Firth y Jennifer Ehle nos regalan soberbias interpretaciones de Mr Darcy y Elizabeth Bennet. En la caracterización del primero, destaco su porte y gestualidad, con los que expresa su orgullo y superioridad, pero, también el desconcierto que experimenta frente a Lizzy. Por su parte, Ehle realza el humor y la picardía que caracterizan a la protagonista. Quizás, el mayor cambio que hay con respecto a la novela sea en relación a Mr Darcy, dado que se nos ofrece una mayor perspectiva de los padecimientos que sufre ante el deseo reprimido y sus sentimientos contrariados. Para muestra de ello baste la célebre "escena del baño" del capítulo cinco.



24 de noviembre de 2017

Papaíto Piernas Largas (1912), de Jean Webster

Editorial Robin Hood
Una portada encantadora ilustra esta reseña, la cual tendrá como protagonista a todo un clásico de la literatura juvenil. Sí, hoy estoy un poco nostálgica y tengo muchas ganas de compartir con ustedes una de las primeras novelas que amé, incluso, antes de saber de su existencia. Durante mi niñez, solía mirar una película sobre una joven huérfana que era ayudada por un benefactor anónimo, con la única condición de que le escribiera cartas para informarle de sus avances en el instituto. Más adelante supe que la película en cuestión era una adaptación del libro de Jean Webster. 

Papaíto Piernas Largas (1912) es una novela por correspondencia, que tiene como "remitente" a Jerusha Abbot, una joven de diecisiete años, que ha vivido durante toda su vida en el Hogar John Grier. La novela inicia con el capítulo "Miércoles negro", ya que es ese el estado de ánimo que experimenta la joven cuando reciben la visita de los síndicos, encargados de supervisar el manejo de los fondos, el estado de la institución en general. Cuando la fecha se acerca, los niños son obligados a limpiar el edificio de arriba a abajo y mantener una conducta intachable. Judy, en particular, no destaca por su buen comportamiento; por el contrario, suele ser la cabecilla de numerosas travesuras, que la hacen la preferida de sus compañeros y "la piedra en el zapato" de la señorita Lippet, la directora del hogar.

A pesar de las tristes perspectivas de la joven, ese miércoles se convertirá en el día que cambiará su suerte. Durante la reunión, uno de los benefactores se interesa en Judy, tras conocer uno de los escritos  "incautados" a la joven, en el cual destila su humor e ironía habituales. Maravillado por  sus dotes como escritora, decide brindarle una beca para que inicie sus estudios universitarios. La única condición será que Judy le envíe una carta mensual, que deberá dirigir a John Smith, seudónimo del excéntrico benefactor. Las cartas, a su vez, llegarán a él a través de su secretario personal. Por lo tanto, esta será una relación en la que se mantendrán las distancias.


Papaíto lee una de las hilarantes cartas de
su protegida. 
He estado pensando mucho en usted este verano, saber que alguien se haya interesado por mí después de tantos años me hace sentir como si hubiera encontrado una especie de familia. Como si ahora perteneciera a alguien. Es una sensación muy reconfortante, aunque sólo sé tres cosas de usted: 
1. Es alto 
2. Es rico  
3. Detesta a las niñas. 
Pensé que podría llamarlo señor Odia-niñas. Pero considero que puede tratarse de un estado transitorio. O, quizás, señor multimillonario, pero ser rico es una cualidad puramente accidental. Lo que sí puedo asegurar es que será alto toda su vida, de modo que he decidido llamarlo querido Papaíto Piernas Largas.

Este es un fragmento de la primera carta que Judy dirige a su tutor, como verán, sus escritos son de todo menos aburridos. Es interesante observar cómo la joven se las ingenia para que sus cartas no se transformen en un monólogo, sino en una especie de diálogo en el que parece entrever los gestos de su "interlocutor" y adivinar sus respuestas. Con el transcurso de los meses, será Papaíto el interesado en salir del anonimato y cambiar las reglas del juego. Desde ya, quedan más que invitados a tener una experiencia de lectura feliz con esta historia que reconforta el alma. Algo tan invaluable en estos tiempos.


Jean Webster (1876-1916) es una escritora estadounidense reconocida por sus clásicos juveniles: Papaíto Piernas Largas (1912) y Mi querido enemigo (1915), libro en el que retoma la historia de Sallie McBride, la primera amiga que Judy tiene al llegar a la universidad. En su narrativa, destaca su activismo a favor del derecho de los niños huérfanos a tener mejores oportunidades y el derecho de la mujer a acceder a la vida pública: estudiar, votar y trabajar. Algo que valoro mucho de sus personajes femeninos es que buscan la autonomía (de pensamiento y de acción) por sobre todas las cosas. En el caso de Judy, a través del estudio y la tan ansiada independencia económica. En este sentido, sus cartas son un manifiesto a la igualdad de género.









10 de noviembre de 2017

El beso de la mujer araña (1976), de Manuel Puig


Esta es una reseña que hace tiempo tenía ganas de hacer, ya que se trata de una novela que ocupa un espacio importante en mi corazón de lectora. Antes de contarles su argumento, quisiera comentarles un detalle importante que rodea el aura de este libro. Su primera edición data del año 1976, una fecha que marca el inicio del último golpe militar que vivió Argentina, el cual duraría hasta el año 1982. Esa época supuso, entre otras cosas, la desaparición de personas, el exilio involuntario de decenas de artistas y la censura. En la lista de lecturas prohibidas figuraba El beso de la mujer araña, la historia de un prisionero político y un homosexual que son compañeros de celda.

Valentín y Molina, esos son sus nombres, poseen personalidades y una visión de la vida diferentes. Valentín es un preso político, está en la cárcel por su militancia en un partido de izquierda y su ideología política, que lo ubican en las antípodas del poder de turno. Descree de todo aquello que lo desvíe de "su causa" y de la lealtad que debe a sus compañeros. Dedica su tiempo a la lectura de libros, continuamente,  es "interrogado" y sometido a múltiples torturas, que buscan debilitarlo y provocar que delate a sus compañeros.