Hola a todos/as! despuĂ©s de más de un año sin visitar este rincĂłn perdido de la web, tuve imperiosas ganas de volver a escribir. En este caso, para compartir un momento feliz que vivĂ en compañĂa de un libro. Me refiero a una lectura que me brindĂł instantes de autĂ©ntica alegrĂa, la cual sĂ© que se renovará cada vez que vuelva a sus páginas ¡En estos tiempos de oscuridad cuán invaluable es dar con un refugio seguro!

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Una vista de Maine, "la tierra de los abetos puntiagudos", que retrata Sarah Orne Jewett en su novela. |
Me quedo, sobre todo, con las descripciones de aquellos momentos en los que parece que no pasa nada, pero está pasando la vida. Esos momentos en los que somos auténticamente felices sin ser conscientes de eso, como cuando la protagonista acompaña a la señora Todd a buscar poleo:
"Seguimos andando por un sendero bastante estrecho hasta un solitario rincĂłn orientado al norte, donde habĂa más prado y menos arbustos, y bajamos hasta el borde de un acantilado en el que las aguas profundas del mar rompĂan con gran estrĂ©pito, a pesar de que el viento no soplaba fuerte y de que la superficie parecĂa calmada a no mucha distancia de la orilla. Entre la hierba de aquel lugar crecĂa un poleo como no se daba en ningĂşn otro sitio. Nos movĂamos con sumo cuidado e Ăbamos recogiĂ©ndolo espiga a espiga, mientras la brisa se impregnaba de su sutil fragancia, y la señora Todd apretaba los aromáticos ramilletes entre sus manos antes de ofrecĂ©rmelos.—No hay nada como esto —afirmó—. No, no encontrará poleo igual en todo el estado de Maine. Esta es la planta genuina, todas las demás que me he encontrado no son sino imitaciones. ÂżNo hace que se sienta bien? —añadiĂł, y yo asentĂ con entusiasmo—."
Episodios como este me transportan a dichosos momentos de mi infancia, que vivĂ junto a mi mamá, mi tĂa y mi abuela: charlas en la cocina donde escuchaba con atenciĂłn las historias de las mujeres de la familia; las caminatas en el rĂo en busca de poleo para el mate; las descripciones detalladas de las flores del jardĂn, los tiempos de la poda de árboles, la cosecha de la fruta; algĂşn secreto culinario olvidado. En fin, estoy con las emociones a flor de piel durante esta cuarentena...Siento que tener esos recuerdos presentes me ayuda a valorar los momentos vividos con una sonrisa y a tener cerca a mi abuela, cuya figura se va engrandeciendo con el transcurso de los años.
Espero que ustedes tambiĂ©n hayan encontrado la felicidad en un buen libro ¡Les deseo felices lecturas! CuĂdense mucho.
Cronopia, venĂa a desearte una Feliz Navidad llena de momentos sencillos, pero que lleguen al corazĂłn. Espero y deseo que estĂ©s bien y los tuyos tambiĂ©n. Este año está siendo muy extraño, pero si gozas de salud, es una oportunidad para ser más creativos, para vivir más interiormente, en fin...buscando la adaptaciĂłn y al mismo tiempo la oportunidad de ser más felices...
ResponderBorrarEl libro de los Abetos Puntiagudos, me lo regalĂł una persona muy especial hace creo que un año...y ahĂ lo tengo, en la baterĂa de libros sin leer de lo que tengo mucho interĂ©s. DespuĂ©s de leerte, me ha apetecido sacarle del olvido y rescatarle...creo que comenzarĂ© con Ă©l el año.
Un abrazo grande y que disfrutes mucho de todo lo que te rodea...Feliz Navidad y felices lecturas.