7 de octubre de 2018

Autoras descubiertas (y por descubrir)

En en el transcurso de estos meses tuve la fortuna de descubrir verdaderas joyas literarias, de la mano de una serie de escritoras que me revelaron refrescantes mundos ficcionales. En esta reseña, no incluiré a la canadiense Margaret Atwood, a quien llevaba tiempo queriendo leer y le dediqué una extensa publicación hace unos días. En cambio, me gustaría dedicarle unas líneas a las autoras con las que me topé casi por azar, sin ninguna referencia previa. Todas ellas son inglesas y comparten el hecho de haber sido poco reconocidas o tardíamente valoradas:                                                                                              


En este libro, Vera Brittain (izq.) 
relata detalles de su amistad
con Winifred Holtby (der.)
Winifred Holtby : feminismo y pacifismo

Mi encuentro con esta escritora se produjo, en primer lugar, gracias a la película  Testamento de juventud (2014), una cinta biográfica basada en el libro homónimo de Vera Brittain, íntima amiga de Winifred Holtby y principal responsable de que su obra más reconocida viera la luz. Las dos formaron parte de la generación de mujeres sobrevivientes de la Gran Guerra. En medio de un clima xenófobo y belicista, ambas escritoras trabajaron para concientizar sobre los estragos que producen los enfrentamientos armados -Brittain había sufrido la pérdida de su hermano de diecinueve años y de su futuro marido, Roland Leighton (soldado y poeta)- y lucharon activamente por los derechos de la mujer a la educación y el trabajo.  

16 de septiembre de 2018

El cuento de la criada (1985), de Margaret Atwood


"Lo normal, decía Tía Lydia, es aquello a lo que te acostumbras. Tal vez ahora no os parezca normal, pero al cabo de un tiempo os acostumbraréis. Y se convertirá en algo normal."

Esta inquietante novela nos sumerge en la vida de Defred, una mujer desprovista de nombre (el que lleva solo la identifica como la criada de un hombre influyente, literalmente: de Fred) y que tampoco posee la libertad de elegir sobre su propio cuerpo. La historia es un relato testimonial, a través del cual la protagonista busca poner en palabras el horror que padece por el solo hecho de pertenecer al género femenino. Con ello, busca servir de advertencia a las mujeres del futuro (a las que imagina libres), para que no olviden y no permitan que vuelva a suceder. Sin embargo, mediante ese maravilloso juego de resonancias que es la ciencia ficción, las lectoras (reales) del presente leemos entre líneas y reconocemos en nuestra sociedad algunos de los indicios que serían capaces de desencadenar una catástrofe similar a la que vive la protagonista. La autora, también, busca alertarnos.

La historia de Defred se desarrolla en la República de Gilead, ubicada en el antiguo Estados Unidos. Se trata de un lugar en el predomina un sistema teocrático dominado por la voluntad de un grupo de hombres, quienes revisten sus arbitrariedades bajo un halo de religiosidad. La fortaleza del sistema se asienta en el desconocimiento de los derechos de las mujeres, quienes quedan reducidas a su sola corporalidad y la capacidad de engendrar y parir a los hijos que ayudarán a perpetuar el sistema. De esta manera, el poseer esta capacidad reproductiva o no les asigna un lugar dentro la estricta jerarquía de cuerpos femeninos: las Esposas gozan de la seguridad de tener un marido influyente, aunque en su mayoría padecen de esterilidad; las Econoesposas están casadas con hombres pobres y deben cumplir con todas las tareas asignadas a las esposas del pasado; las Martas son mujeres en edad no reproductiva, que tienen la misión de "adiestrar" a quienes cargarán con esa responsabilidad; las Criadas son los cuerpos encargados de engendrar los hijos; las No mujeres, en tanto, son aquellas que han sido desterradas  a Colonias por negarse a cumplir con la función natural encomendada.

26 de agosto de 2018

Julio Cortázar: 104 años


Un día como hoy, pero, de 1914 nacía en Bruselas uno de los mejores escritores argentinos de todos los tiempos. Siempre recuerdo mi primer encuentro con uno de sus cuentos en el marco de una tarea escolar, que no admitía segundas lecturas o interpretaciones divergentes. Lo contradictorio es que el cuento sí las habilitaba, es más, incentivaba el desconcierto constante y se regodeaba en esa duda y esa magia. Con mis intuitivos catorce años, me dí cuenta de que estaba frente a una forma de narrar nueva y desafiante. No se parecía a las historias complacientes y llenas de certezas que hasta ese momento eran para mí la literatura. Inexplicablemente, lo odié con todas la fuerzas de mi adolescencia y deseé que jamás se volviera a cruzar en mi camino. Luego, gracias a la profesora de Lengua, supe que Cortázar había fallecido en París hacía veinte años, un día de lluvia de 1984 (lo de la lluvia lo imaginé yo). En ese momento, comprendí que Cortázar (como todo gran escritor, ahora lo sé) había dotado a su palabra del poder de trascender, interpelar, conmover los tiempos, los espacios y los lectores. Ese primer cuento era "Lejana", pero, pudo haber sido cualquier otro:

29 de abril de 2018

Un gorrión en mi biblioteca

De un tiempo a esta parte, procuro estar más alerta de las señales dispersas en la vida: las fácticas y las oníricas, por supuesto. La más frecuente es la del libro que dí por perdido, tras revisar la biblioteca en todas las direcciones, para luego encontrarlo muy campante sobre el escritorio ¿Estuvo siempre ahí o es un descarado recurso para que lo lea? Con el tiempo, he notado que los libros fantásticos son los que más apelan a esta estratagema. Otra señal que siempre me desconcierta es la de los sueños premonitorios (heredada de mi madre) que, de alguna manera, anticipan situaciones o diálogos que vivo en la vigilia como inexplicables déjà vus. Algunos de mis sueños suelen ser tan vívidos que, más de una vez, me he sorprendido contando con lujo de detalles experiencias que tuve cuando estaba dormida. Es más, creo que gran parte de mi memoria se compone de momentos robados a los sueños y a la ficción.

Últimamente, las señales provienen de la naturaleza, específicamente, del mundo animal. Diferentes especies han desfilado no sólo en las historias ficcionales que leo y miro (sapos, ciervos y vacas), sino también en la cotidianeidad de mi biblioteca. Hace unos días, escuché el minúsculo aletear de dos mariquitas empecinadas en posarse en mis manos. Hoy, recibí la visita inesperada de un gorrión, con la que me pegué un buen susto, la verdad. Abría la puerta de mi habitación, cuando sentí un ruido extraño y vi al pequeño pájaro posado sobre el anaquel superior de la biblioteca. Fue muy grande mi sorpresa, porque había juntado las hojas de la ventana antes de salir y no había viento. Por lo tanto, barajo dos hipótesis (una más increíble que la otra).La primera: el gorrión escuchó que las mariquitas suelen reunirse en el azul de mi habitación, así que decidió empujar la ventana y dar un vistazo en el interior. La segunda, y la que más me gusta: el gorrión escapó de uno de los libros, quién sabe, podría ser uno de los pájaros que anidaban en las torres de Thornfield Hall y despertaban a Jane Eyre con sus trinos...

24 de abril de 2018

[Fotogramas] En cuerpo y alma (2017), de Ildikó Enyedi

Her skin is white
And I'm light as the sun


Un bosque nevado, dos ciervos vagan en busca de alimento. Uno de ellos posee una cornamenta imponente, la cual lo asemeja a los espíritus que habitan los bosques. Su compañera es una cierva, posee un tamaño considerablemente menor, se ve asustada e indecisa. La nieve cae en forma de volátiles plumas, que se adhieren y deshacen al ponerse en contacto con sus cuerpos. Ambos desprenden un aura de vapor. El silencio reinante es apenas recortado por el fluir de un arroyo. Sus hocicos se tocan y sus miradas se cruzan brevemente. Continúan caminando.


So I asked him,
How he became this man?
How that he learned,
To hold fruit in his hands?

28 de marzo de 2018

Los hombres que no amaban a las mujeres (2005) (Millenium 1), de Stieg Larsson

Män som hatar kvinnor
Editorial Destino, 2017
665 páginas
"Todas las personas ocultan secretos. Sólo es cuestión de averiguar cuáles son"

Después de un tiempo de obligado silencio, vuelvo a este pequeño rincón para escribir acerca de la última novela que he leído hasta el momento. Si hay algo que tengo claro es que no suelo leer libros de la lista de best-sellers y, menos aún, si estos son parte de alguna saga. Sin embargo, con esta novela hice una ligera excepción y emprendí una lectura casi obsesiva, que me mantuvo en vilo durante tres días. Debo advertirles, además, que los thrillers policiales no suelen ser mi primera elección a la hora de leer un libro o mirar una película. Por lo tanto, mis apreciaciones son las de una lectora "no aficionada" al policial negro, que espera no herir susceptibilidades con sus apreciaciones. 

En primer lugar, quisiera comentarles por qué, a pesar de todos mis reparos al respecto, leí más de  seiscientas páginas de un género que no suele estar entre mis predilectos. Todo compezó con la búsqueda de una novela policial que lograra captar la atención de lectores de diecisiete años. Como ya se habrán dado cuenta, en el margen derecho de la página comento que soy docente. Apenas comencé con mi itinerario, se me cruzó por la mente este libro, cargado de misterio y temáticas tabú. Lo evalué como un posible reto para mis estudiantes, pero, luego deseché la idea porque me pareció demasiado extenso para jóvenes que no tienen un hábito de lectura constante. Sin embargo, cuando quise darme cuenta, yo misma estaba interesada en los personajes y sus historias. Quería saber qué hacía de este libro un suceso editorial, con críticas extremadamente buenas y malas al mismo tiempo, así que decidí sacar mis propias conclusiones.

23 de febrero de 2018

En un día de lluvia...

Afuera llueve, cae pesadamente el agua
que las gentes esquivan bajo abiertos paraguas.
Al verlos enfilados, se acaba mi sosiego
me pesan las paredes y me seduce el riego.
("Tentación", Alfonsina Storni)

Hoy llueve, es esa clase de lluvia de gotas diminutas, que mojan mucho sin querer. Recordé estos versos de Alfonsina Storni y no puede evitar la tentación de caminar bajo la lluvia yo también. Del lugar donde trabajo hasta mi casa hay un largo trecho y decidí hacerlo a pie. No me importó mojarme ni tener que limpiar mis lentes más de una vez, como si del parabrisas de un auto se tratara. En mi recorrido, me encontré con las calles vacías y un silencio húmedo; y tuve lástima de los pocos autos que pasaban y de quienes permanecían encerrados en sus casas con las persianas cerradas ¿Es que acaso hay algo más emocionante que sentir el cabello iluminado por cientos de gotas de agua? Me gusta la sensación de descuido e impredecibilidad (¿existe esa palabra?) que le aportan a mi vida ocasiones como esta, también, me gustan los sentimientos de nostalgia y desamparo que despiertan en mí los días de lluvia. En el confín del hemisferio sur, el verano suele regalarnos anticipos del otoño que algunos recibimos con agradecimiento y una sonrisa.

18 de febrero de 2018

Amor no correspondido (1961), de Barbara Pym

Not fond return of love
Gatopardo Ediciones, año 2017

"A menudo las mujeres eran capaces de organizar cosas que los hombres creerían imposibles."


Sin ánimos de apresurarme, puedo afirmar que mi recorrido literario por el siglo XX ya me ha ofrecido uno de los mayores regalos del año: conocer a Barbara Pym. Me declaro una total admiradora de su manera de contar y de sus personajes femeninos. Las mujeres creadas por Pym transforman las actividades del trajín diario en momentos que merecen ser vividos y apreciados en su sencillez. Un gesto, una flor, una carta no enviada, un silencio pueden cambiar el rumbo de una existencia. Sus historias están situadas en la Inglaterra de posguerra, donde puede apreciarse un cambio de época: las mujeres salen a la calle a estudiar y trabajar, visten de forma más práctica y entablan múltiples relaciones. Se respiran nuevos aires y ellas son conscientes de eso.


Amor no correspondido (1961) tiene como protagonista a Dulcie Mainwaring, una mujer que destaca por su generosidad y su ayuda desinteresada a todo aquel que la necesite, lo que muchas veces provoca que la gente abuse de su bondad. En el inicio de la novela, Dulcie se encuentra en un congreso de editores, al cual ha decidido concurrir después de que su novio rompiera su compromiso porque "no se consideraba digno de su amor". En ese evento, se encontrará con personajes que adquirirán mucha importancia a lo largo de la historia. El primero de ellos es Viola Dace, quien se hospeda en la habitación de al lado y se dedica a la confección de índices, al igual que nuestra "heroína". Frente a ella, Dulcie se siente apocada y pueblerina, parecen no tener ningún interés en común hasta la aparición del carismático Alwin Forbes. Alrededor de su figura, la protagonista y Viola sellarán su extraña amistad, cuyo mutuo interés estará dirigido a "cuidar" de ese enigmático galán. 

11 de febrero de 2018

Fahrenheit 451 (1953) , de Ray Bradbury

Editorial Debolsillo, 2015
176 páginas

"La temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde"


La lectura de Fahrenheit 451 nos transporta a un futuro en el que los libros son enemigos del sistema y, como tales, son combatidos. La historia se desarrolla en un futuro indeterminado y en una ciudad incierta donde, algo es seguro, las leyes del capitalismo han triunfado. Los ciudadanos son descritos como seres individualistas y taciturnos, cuya única preocupación es ganar el dinero suficiente para adquirir productos tecnológicos que les faciliten la vida; pero, sobre todo, les permitan aparentar un mayor status frente a otras personas. El contacto con otros  seres se ha perdido, un individuo corriente suele pasar la mayor parte de su vida mirando televisión, en pantallas del tamaño de una pared, o  dormido por obra de píldoras. Tareas tan naturales como salir a caminar, conversar con alguien, leer un libro o mirar al cielo se han perdido. Incluso, algunas de ellas son penadas con la cárcel o con una estancia en el hospital psiquiátrico.

7 de febrero de 2018

Mis desafíos lectores 2018

No quiero dejar pasar febrero sin antes comentarles los retos lectores que emprenderé en el transcurso de este año. Me enfocaré, sobre todo, en que estos me ayuden a organizar las lecturas que tengo pendientes hace tiempo.  Para comenzar, me propongo avanzar en el reto A century of books, el cual inicié a fines del año pasado. Este implica realizar un recorrido por todo el siglo XX, a través de libros que hayan sido editados en el transcurso de 1900 a 1999. Considero que esto implica todo un desafío para mí, porque últimamente suelo inclinarme a lecturas del siglo XIX y no encuentro el momento preciso para leer a autores tan imprescindibles como: Scott Fitzgerald, Katherine Mansfield, Carlos Fuentes, Roberto Bolaño, Willa Cather, entre tantos otros y otras. 

1 de febrero de 2018

Un cuarto propio (1929), de Virginia Woolf

Comparto con ustedes la hermosa  y dedicada
edición de la Editorial Lumen del año 2014, con la

traducción de Jorge Luis Borges.

Hace tiempo que tengo ganas de recomendarles un libro de Virginia Woolf y creo que ha llegado el momento oportuno, ya que el 25 de enero pasado se cumplió el 136 aniversario de su nacimiento. Desde el principio, cuando apenas fantaseaba con la idea de escribir esta reseña, tenía claro que el libro elegido sería Un cuarto propio (1929). Se trata de un extenso ensayo sobre "Las mujeres y la novela", que la autora escribió en ocasión de una conferencia que ofreció acerca de esta temática. Como bien podrán percibir el tema propuesto es bastante amplio y admite múltiples abordajes: las mujeres que escriben novelas, los personajes femeninos en las novelas, en qué se diferencia la "escritura femenina" de la "masculina", por ejemplo. En una lección magistral de escritura, Virginia los aborda a todos y realiza, además, un análisis del lugar marginal de la mujer en el campo literario y la vida social, mediante una investigación de las causas históricas e ideológicas de este relegamiento.

23 de enero de 2018

Persuasión (1817), de Jane Austen

Persuasión (1817) es, desde mi punto de vista, una de las mejores historias creadas por Jane Austen. Recuerdo que fue la tercera novela que leí de la autora e inmediatamente se convirtió en uno de mis libros preferidos. Se trata de una novela de publicación póstuma, en la cual se puede apreciar el nivel de madurez que alcanza Austen en relación a la construcción psicológica de sus personajes. A diferencia de sus obras precedentes, nos presenta a una heroína perteneciente a la nobleza, es la segunda de las tres hijas de un baronet. Sin embargo, desde el principio queda claro que Anne Elliot, ese es su nombre, contradice muchas de las normas sociales que debiera respetar de acuerdo a su rango: dejar que la apariencia prevalezca por sobre sus verdaderos sentimientos; derrochar el dinero que no tiene y menospreciar a quienes carecen de un título nobiliario. Como podrán apreciar, el banquete está servido para que la ironía austeniana se regodee a costa de la ridiculez de la familia de su protagonista.

19 de enero de 2018

Una chica a la antigua (1870), de Louise May Alcott

El primer libro que reseñaré este año pertenece a una de las referentes de la narrativa juvenil en inglés; creadora de personajes femeninos sensibles, con ideas propias y capaces de los mayores esfuerzos para lograr sus objetivos. No es raro, entonces, imaginar por qué Simone de Beauvoir la señala como su principal inspiración a la hora de tomar la decisión de convertirse en una escritora. Es que las autoras de la talla de Alcott no sólo escriben grandes historias sino que también allanan el camino para las mujeres que vendrán tras ellas. Este es uno de los motivos por los cuales sus escritos continúan siendo significativos hoy.


Una chica a la antigua (1870) se sitúa en el universo creado por Mujercitas (1869), la obra cumbre de Alcott. Al igual que en su predecesora, en esta novela se discute la idea establecida de femeneidad (¿cómo debe ser una señorita? o ¿cómo debe comportarse para ser considerada como tal?) y se busca romper con el paradigma. La protagonista es Polly Milton, una jovencita de catorce años, que abandona la calidez de su hogar rural para realizar una visita a su amiga Fanny Price, quien vive en la ciudad junto a sus padres, su abuela y sus dos hermanos, Tom y Maud. La historia se irá tejiendo a partir del contraste entre las maneras "urbanas" de los jóvenes de la ciudad y las maneras rurales, representadas por la protagonista. 

9 de enero de 2018

Selección de lecturas 2017

¡Feliz 2018 a tod@s! En esta entrada me propongo hacer un balance de mis lecturas y ofrecer una breve reseña de los libros que más me gustaron. Para empezar, diré que el 2017 fue un año en el que me animé a salir de los caminos habituales y, gracias a ello, conocí nuevos escritores y escritoras que, con sus formas de contar, enriquecieron mi manera de entender la literatura. Sin guiarme por un orden de preferencia, sino más bien por la cronología de mis lecturas, a continuación enumero “mis descubrimientos” del año pasado. Muy bien...comencemos:
   
                                                                                             
Para empezar, rescato dos novelas pertenecientes a dos autoras francesas contemporáneas, que leí en formato e-book. La primera es Juntos, nada más (2004) de Anna Gavalda, que narra las peripecias de una serie de personajes que padecen la soledad; un chef malhumorado y su abuela, internada en un geriátrico; un aristócrata en decadencia y una dibujante pobre.  Los derroteros de la vida los harán confluir a todos en un mismo lugar, una antigua casona en ruinas. La convivencia, nada fácil al principio, les permitirá salir del aislamiento, para crear lazos y experimentar sentimientos que creían caducos. La historia tiene a su favor un ritmo narrativo ágil y personajes atractivos que, a pesar de las decepciones pasadas, pueden volver a creer en otros y en sí mismos.