Heroínas poco convencionales

Me gustaría contarles que me encuentro escribiendo tranquilamente en mi buhardilla como nuestra querida Jo March, pero, lo cierto es que hace tiempo no gozo de esos preciosos momentos. El inicio del año (no visito este pequeño rincón desde febrero) trae aparejada, entre otras cosas, la vuelta a la rutina y la falta de tiempo para realizar algunas de las actividades que me producen un verdadero placer, como compartir mis lecturas con ustedes. 

En esta oportunidad, decidí robarle unos minutos a la rutina laboral para hablarles de dos novelas cuya lectura me ha resultado deliciosa. Se trata de ese tipo de libros que dejan un agradable sabor de boca y que esperan en el estante por una segunda lectura; además, representan una excelente oportunidad para adentrarse en la obra de sus respectivas autoras. Me refiero a El libro de la señorita Buncle (1936), de D.E. Stevenson y Asuntos exteriores (1984), de Alison Lurie. Ambos títulos nos invitan a ingresar a un universo enteramente femenino, con dos heroínas que, al modo de las "mujeres excelentes" que pueblan la obra de Barbara Pym, se sienten cómodas en el rol de espectadoras de la vida de otros y ni en sus mejores sueños se imaginan como protagonistas de su propia historia.

"¿Por qué la escribió? ¿Qué intención tenía usted al escribirla? ¿Ha escrito algo alguna vez, antes de esto? —le preguntó.

—Necesitaba dinero —respondió la señorita Buncle con sencillez."            

Gracias a una recomendación de María, del blog Junto a una taza de té, me acerqué a la obra de D. E. Stevenson. Por supuesto, la carta de presentación de la autora fue a través de su novela más reconocida, la cual tiene como protagonistas a Barbara Buncle y su controversial libro: El perturbador de la paz. Barbara es una mujer soltera entrada en los treinta que vive junto a Dorcas, su fiel empleada, en un pintoresco pueblito llamado Silverstream, a inicios del siglo XX. La "pobre Bárbara", así es conocida entre sus vecinos, sufre por la falta de ingresos económicos propios, lo cual se trasluce en su excesiva delgadez y su pobre manera de vestir. Grande será su sorpresa cuando descubra que es capaz de valerse por sí misma, pues posee el talento de transformar en literatura todo aquello que conoce; es decir, las costumbres, los secretos y pequeñas miserias de los habitantes de Silverstream. Su talento narrativo logra que el pequeño libro encabece las listas de los más vendidos de la editorial Aboot&Spicer y que pronto llegue a oídos de sus protagonistas involuntarios, quienes no descansarán hasta dar con la verdadera identidad de su autor, sin sospechar de su diligente vecina.

"En un frío y ventoso día de febrero, una mujer embarca en el vuelo de las diez de la mañana con destino a Londres. La sigue un perro invisible."

Las oraciones iniciales de Asuntos exteriores (1984) me cautivaron, más adelante lo hizo el libro entero. Vinnie Miner, una profesora universitaria especialista en literatura infantil inglesa y escritora de numerosos libros, es una mujer que pasa desapercibida para el resto de la humanidad. En su imaginación el único que repara en ella es ese "fantasma familiar" en forma de perro, que representa la compasión que siente por sí misma. En el inicio de la novela, Vinnie viaja hacia Inglaterra, la tierra que alberga sus idilios literarios (y los otros también), con el objetivo de recolectar rimas y canciones populares para su próxima publicación. Sin embargo, lo que ella no se imagina es que ese viaje representa, sobre todo, un viaje interior que le permitirá valorarse a sí misma y dejar que otra persona la conozca y la ame por quien es. La trama de la novela es mucho más compleja, involucra varios personajes de nacionalidad inglesa, con quienes la autora buscará romper con los prototipos del sir y la lady que pueblan la literatura inglesa. Todo un disfrute para aquellos lectores que tenemos un pequeño-gran idilio con la tierra de Jane Austen.

Me alegró mucho hacerme un tiempito para escribir este post y contarles acerca de ambas novelas. Afuera empezó a llover y mi felicidad es completa. Felices lecturas!